noviembre 29, 2021
Taller de casas anideras en Recoleta: una experiencia de vinculación y aprendizaje colectivo

-Con apoyo del Instituto de Ecología y Biodiversidad, el 23 de noviembre se desarrolló una actividad de educación ambiental junto a personas en situación de calle.
Tomar contacto con la biodiversidad de nuestras ciudades y apoyar su conservación, es una tarea en la que todas y todos podemos aportar. Así ocurrió el martes 23 de noviembre, en la comuna de Recoleta, a través del taller de “Aves de la ciudad, armado e instalación de casas anideras”, realizado en el Parque Bicentenario de la Infancia.
La actividad, organizada por la Red de Bibliotecas Públicas de Recoleta, Parquemet, el Instituto de Ecología y Biodiversidad, y la Fundación Cristo Vive, contó con la activa participación de personas en situación de calle, quienes disfrutaron del aprendizaje, compartieron historias y recuerdos, y ayudaron a la instalación de pequeñas viviendas para aquellas especies de aves urbanas que requieren de cavidades ya existentes para anidar.
El taller estuvo guiado por Nélida Pohl, directora de comunicaciones del IEB, el educador ambiental del parque, Esteban Venegas, la bibliotecaria de la Biblioteca Pablo Neruda, María Olga Figueroa, y el trabajador social Sebastián Saldaña, de la Fundación Cristo Vive.
En esta jornada, las y los asistentes conocieron distintos tipos de aves nativas de Chile que habitan en diferentes puntos de la Región Metropolitana, tales como: el chincol, zorzal, tórtola, carpinterito y chercán.
“Fue una actividad preciosa, con momentos muy emotivos y de intercambio de conocimientos. Uno de los participantes, por ejemplo, recordó momentos de su infancia, cuando cuidaba pollitos y cómo desde entonces le fascinan los pájaros. Al final del taller terminamos sentándonos en círculo, armando un “nido” con materiales que recogimos mientras instalábamos las casitas y avistábamos aves, y pudimos compartir saberes y recuerdos, y cerrar la actividad conectándonos no sólo entre nosotros desde nuestra humanidad, sino además con las especies con quienes compartimos un hábitat”, comenta Nélida Pohl.
A raíz de esta experiencia, la comunicadora científica señaló que el próximo año esperan desarrollar nuevos talleres en el parque junto a la comunidad de Recoleta, además de continuar con el grupo de participantes de esta actividad, a fin de que éstos puedan ser parte de las actividades de monitoreo de aves. “Les preguntamos si estaban interesados en volver el próximo invierno a revisar si las casitas estaban siendo usadas, si los pájaros estaban haciendo sus nidos en ellas, y estaban tan felices de sentirse involucrados. Nos encantaría que estas mismas personas pudiesen mostrar los resultados de su monitoreo a la comunidad el próximo año. La ciencia suele ser socializada a personas a quienes ya les interesa de antes, pero nos cuesta mucho más llegar a personas desplazadas y a quienes nunca han tenido oportunidades de acercarse a la ciencia, o de obtener una educación digna. Creemos que la comunidad científica está al debe. La respuesta dramáticamente positiva que recibimos cuando logramos llegar a comunidades vulnerables le da sentido a nuestro quehacer, y cobra particular importancia cuando el contexto país se polariza, y se corre peligro de perder lo avanzado en equidad y justicia” finaliza la ecóloga y comunicadora científica.
Educación ambiental
Los talleres de avistamiento de aves y construcción de casas anideras, forman parte de las iniciativas de educación ambiental que, durante años, el Instituto de Ecología de Biodiversidad ha desarrollado. Esto, con el fin de compartir conocimientos sobre ecología urbana y fomentar la divulgación científica a la comunidad, además de favorecer la conservación de aves que nidifican en cavidades en ambientes urbanos.