enero 8, 2021
“Paseos guiados en nuestros parques urbanos”: una experiencia de reconexión con la naturaleza de Santiago

El Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, en conjunto con el Parque Metropolitano de Santiago, Parquemet, realizaron una jornada abierta a la comunidad durante diciembre, con visitas a seis parques de la capital. En estos lugares, las y los asistentes pudieron aprender a identificar plantas y aves, y construir casas anideras.
En una tarde de lunes, Alison y su madre, Jéssica, vecinas de Recoleta, subieron por el camino que bordea al Cerro Blanco y en ese trayecto, se toparon con el canto de un tiuque y coloridas flores que crecían entre las rocas de este parque capitalino declarado Monumento Nacional, antiguo refugio y actual centro de reunión de comunidades indígenas.
El Parque Urbano Cerro Blanco, administrado por el Parque Metropolitano de Santiago, fue también el punto de encuentro para aprender sobre biodiversidad, durante los “Paseos guiados en nuestros parques urbanos”, una iniciativa organizada por Parquemet en conjunto con el Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB.

Las actividades abiertas al público, se realizaron entre el 17 y el 23 de diciembre, y tuvieron por objetivo compartir experiencias y conocimientos con los visitantes, enseñándoles a identificar aves y plantas, y construir casas anideras para pájaros como chercanes, tijerales y golondrinas, las cuales además, fueron instaladas en árboles en cada uno de los seis parques visitados.
Las visitas guiadas también se realizaron al interior del Parque Cerrillos, Parque Pierre Dubois, Parque André Jarlan, Parque de la Familia y Parque Santa Mónica. En estos recorridos, los asistentes pudieron aprender sobre la naturaleza urbana junto a especialistas en ecología, y la directora de comunicaciones del IEB y Presidenta de Achipec, Nélida Pohl.
Considerando el alto impacto de la urbanización sobre el planeta y sus cambios profundos sobre el paisaje y biodiversidad, la iniciativa se planteó además como un primer paso para generar hábitats para la flora y fauna nativas amenazadas, y también, como una oportunidad para recrear el vínculo físico y emocional de las personas con la naturaleza, a través de actividades experienciales de educación ambiental.
Reconexión con la naturaleza
“Me gustó hacer un recorrido, ver flores que muy pocas veces había visto. Y lo que más me gustó fue hacer una casa para pájaros. Es divertido y bueno para los animales, porque nosotros no somos las únicas especies”, comentó Alison tras la actividad desarrollada en Cerro Blanco.

Su madre, Jéssica Alarcón, también destacó la iniciativa: “Fue muy bonita la experiencia, porque accedimos a una zona a la que, en general, el público no puede. Y mi hija quedó fascinada con la idea de hacer una casa anidera y con todo la flora y los pájaros que habitan este lugar”.
Por su parte, la ornitóloga Natalia Olmos, quien acompañó algunos de los recorridos, se refirió al interés que la naturaleza despierta en las y los asistentes: “Ha sido interesante la experiencia. La gente es muy entusiasta y eso es muy enriquecedor. La educación ambiental es incipiente en Chile, así es que ser parte de ello en un espacio como Santiago, es muy motivante. Las personas que asistieron al Parque Pierre Dubois en Pedro Aguirre Cerda, por ejemplo, mostraron tener un gran arraigo con su lugar. Mamás, papás y abuelos tenían mucho interés en enseñarles a las niñas y niños, y los más pequeños a su vez, mostraron mucha disposición por aprender”.

El botánico de los recorridos, Cheo Tam, también destacó la experiencia y oportunidad de compartir con la comunidad y enseñar un poco más sobre la múltiple flora que habita nuestra ciudad. “Realmente, tenemos buenos parques urbanos, aunque no están bien distribuidos por todo Santiago. Estoy muy agradecido y sorprendido con el interés que mostró la gente durante las visitas. También me llamó la atención la diversidad que existe entre uno y otro parque. El de Cerro Blanco por ejemplo, está más enfocado en la restauración con especies nativas y es interesante ver cómo se ha ido modificando la idea de paisajismo en diferentes sectores de la ciudad”, indicó.
Soluciones basadas en la naturaleza para la comunidad
Nélida Pohl, señala que la urbanización es un proceso creciente que representa uno de los cambios ecológicos más profundos a nivel del paisaje, con grandes impactos en la biodiversidad y los ecosistemas que, finalmente, impactan en la calidad de vida de sus habitantes. Es por ello que las ciudades son consideradas tanto precursoras como responsables de este cambio global en esta nueva era.

“La comunidad científica ha documentado disminuciones drásticas y extinciones en las poblaciones de aves e insectos a nivel mundial. Sin embargo, en las ciudades, esta disminución es más drástica aún, ya que su hábitat es reemplazado por construcciones y especies exóticas. En la medida que tanto la flora como fauna nativa que habita en las ciudades pierden terreno, se hace necesario fomentar su presencia dentro de la planificación de áreas verdes urbanas para resguardar su conservación. Los hábitats urbanos tienen el potencial de proporcionar excelentes condiciones para aves e insectos. Por otra parte, la vida urbana suele acrecentar la percepción de que los seres humanos no necesitamos del resto de las especies para vivir, alimentando una desconexión que lleva a la apatía y a conductas que dañan a la biodiversidad”, asegura la directora de comunicaciones del IEB.
