mayo 3, 2021

Nivel socioeconómico en Santiago es determinante en la incidencia y mortalidad por COVID-19

-Estudio interdisciplinario, publicado en la prestigiosa Revista Science, mostró cómo las desigualdades entre comunas de la capital, han sido claves en el desarrollo de la pandemia.

– Habitantes de comunas de menores ingresos como San Ramón, La Pintana o Cerro Navia, tienen una probabilidad de fallecer tres veces mayor, que aquellos de comunas de menor riesgo social, como Vitacura o Las Condes. 

-Pablo Marquet, investigador del IEB y la PUC, participó de este trabajo.

La actual crisis sanitaria en Chile producto de la pandemia, afecta de manera diferente a los habitantes de Santiago, subrayando las enormes desigualdades sociales que existen en esta ciudad. Un reciente estudio, publicado en la Revista Science, desarrolló un profundo análisis sobre la relación entre el estatus socioeconómico, los contagios y muertes por COVID-19.

La investigación, realizada por científicos de la Universidad Oxford, Harvard y Católica de Chile, contó con la participación de Pablo Marquet, ecólogo del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y de la PUC, e integrante de la Mesa de Datos que asesora al Ministerio de Ciencia en temas referentes al COVID-19. En dicho trabajo, se indagó en la realidad de 34 municipios, a través de datos públicos y anónimos sobre movilidad humana, obtenidos de teléfonos celulares y Facebook. Socioeconomic status determines COVID-19 incidence and related mortality in Santiago, Chile | Science (sciencemag.org)

Pablo Marquet en su laboratorio

“Este es un trabajo interdisciplinario en el que colaboraron expertos en salud pública, estadistas, epidemiólogos y un ecólogo como yo. La idea era, justamente, poder analizar cómo se expresa la complejidad de esta infección y la pandemia en los territorios y, particularmente, en Santiago, una ciudad muy segregada.  Los principales resultados de este estudio mostraron que, más allá de las características intrínsecas del virus, la forma de expresarse de esta pandemia depende de manera fundamental de las características socioeconómicas de las poblaciones”, comenta Pablo Marquet.

En ese contexto, el estudio mostró que aquellas personas que viven en comunas con menor nivel socioeconómico como San Ramón, La Pintana o Cerro Navia, tienen una probabilidad de fallecer tres veces mayor que la de aquellos habitantes de comunas de menor riesgo social, como Vitacura o Las Condes.

FIG 1 | Situación socioeconómica, casos y defunciones por COVID-19, y datos de movilidad en el Gran Santiago. Detalles aquí.

“Si comparamos municipalidades que están en los extremos de este espectro socioeconómico, como por ejemplo La Pintana y Vitacura, vemos que en el invierno de 2020, el número de muertos semanales por cada 10 mil habitantes llegaba a unos 76 en la Pintana, mientras que en Vitacura, a 22. Así, encontramos que la tasa de letalidad llegaba a ser tres veces mayor en las comunas de menor nivel socioeconómico”, asegura el investigador del IEB y la PUC.

Principales factores y disparidades

El documento mostró también con precisión la incidencia del virus, la positividad de las pruebas PCR al comienzo de la pandemia, la movilidad de los habitantes, y las disparidades en la atención médica. Respecto a esto último, se estableció que uno de los factores más relevantes es que en la mayoría de comunas más vulnerables, las pruebas de PCR estuvieron casi ausentes al comienzo de la pandemia.

Asimismo, se detalló que la positividad de las pruebas PCR, y los retrasos en los resultados de las pruebas, fueron mucho mayores en las comunas vulnerables, lo que indica una capacidad deteriorada del sistema de salud para contener la propagación de la pandemia en esas zonas de gran necesidad. También se demostró que las tasas de mortalidad en personas menores de 40 años, eran más altas en los municipios de bajos ingresos.

Coronavirus | Pixabay

“Entre los factores principales que marcaron la diferencia, está la menor capacidad de testeo, y la menor capacidad de infraestructura hospitalaria en las comunes de menores ingresos. De hecho, la mayor cantidad de gente en estas comunas muere en su casa, y no en las instituciones hospitalarias, las que han mostrado estar saturadas. En estas comunas también hay un menor número de camas por habitantes”, asegura Marquet.

El ecólogo del IEB agrega que en estos territorios, efectivamente la transmisión de la enfermedad fue más rápida y silenciosa de lo que se había registrado. “Se testeaba menos y se pensaba que había menos casos, pero en los análisis estadísticos se vio que había muchos más casos que no se habían reportado”, complementa.

Otro punto que cuestionó este documento, es si la movilidad afectaba realmente el número de contagios. De esta manera, se constató que las personas que habitan en comunas de menores ingresos, no redujeron su movilidad durante los períodos de confinamiento tanto como sucedió con la población de comunas más prósperas, elemento que también habría incidido en el aumento de los contagios. “Un gran porcentaje de personas de comunas más pobres tienen que moverse más, ya que no pueden trabajar desde sus casas. La mayoría de ésta es gente que se gana el sustento día a día para poder comer y por tanto, tiene que salir”, explica el ecólogo del IEB.

En conclusión, el documento advierte que los resultados obtenidos ponen de relieve las consecuencias críticas de las desigualdades socioeconómicas en los efectos sanitarios, y que por tanto, este panorama complejo debe ser considerado a la hora de generar políticas públicas que realmente puedan hacer la diferencia.