diciembre 27, 2019

Manifiesto del Antropoceno y bases para la convivencia entre naturaleza y sociedad

– Investigadores desarrollaron documento que además fue recientemente publicado en
Revista Environmental Humanities.

– Claudio Latorre, científico del IEB, académico de la PUC, y uno de sus autores, sostiene que es urgente enfrentar los desafíos planetarios desde una mirada
interdisciplinaria.

¿Cómo repensar la relación entre naturaleza y sociedad en una nueva época geológica
marcada por la influencia del hombre?, es una de las interrogantes que se planteó un
grupo de investigadores chilenos, mientras caminaba por las costas de Las Cruces. Fue así,
a orillas del mar chileno, que nació el Manifiesto del Antropoceno, documento que
promueve las bases para construir un nuevo pacto de convivencia sobre la Tierra. Dicha
declaración, desarrollada por científicos de las ciencias naturales y sociales, dio origen a
un estudio que fue recientemente publicado en la Revista internacional Environmental
Humanities (https://read.dukeupress.edu/environmental-humanities/article/11/2/467/140786/The-Anthropocene-in-ChileToward-a-New-Pact-of?fbclid=IwAR2ric1dle9gY0pT2V-8drIhsZQWbRDzXnSaBC3Kr8sS-9V06ICxm86x_nc#).

Claudio Latorre, investigador asociado del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y uno
de los autores de esta declaración, explica que es urgente abrir el debate a la sociedad
completa e instalar una discusión profunda, que permita afrontar los desafíos de esta
nueva época que vivimos, en la que se estima una posible extinción de las condiciones
ambientales fundamentales para la vida humana en el planeta. “El Antropoceno tiene
origen en las ciencias de la tierra, donde se plantea que podría estar en una nueva época
geológica, definida por la irreversible alteración de condiciones biológicas y geológicas a
escala planetaria, como consecuencia de la actividad del hombre”, señala el paleoecólogo
y académico de la Universidad Católica de Chile.

El Doctor en Biología Evolutiva, explica que los discursos actuales sobre sustentabilidad,
ecología y las intervenciones puntuales, no logran responder a la escala de este desafío,
que va más allá del cambio climático. Por tanto, señala que es necesario abordar los ejes
centrales de este nuevo pacto de convivencia, el cual busca redefinir la “manera de vivir
juntos, todos y todas, animales, vegetales, minerales y microrganismos en este planeta”, a
través de cinco convicciones fundamentales. Estas son: interdependencia, diversidad,
acción situada, creatividad y esperanza.

Así, en primer lugar, la declaración sostiene que nuestra existencia, al igual que la de todas
las especies, vivas y por venir, está vitalmente entrelazada en relaciones de interdependencia, y que el Antropoceno nos obliga a reconocernos como seres en ella.
Del mismo modo, se llama a reconocer el valor intrínseco y no instrumental, de la
diversidad de especies que componen a este sistema, y a celebrar la diferencia entre
saberes, identidades y conocimientos.

“Apostamos por la capacidad de los cambios planetarios para crear nuevas relaciones y
posibilidades, para abrir horizontes de acción más integrales, para cuajar nuevas
instituciones políticas y sociales, para refundar la práctica científica y nuestro habitar
cotidiano. Este manifiesto no es para sollozar por lo destruido o para empantanarnos en la
melancolía: es para CREAR, y para hacerlo YA”, se describe.

Manifiesto desarrollado por equipo multidisciplinario de científicos

Cambio de época geológica

Aunque dentro de la comunidad científica aún se discute su real existencia y en qué
momentos de nuestra historia se inicia, el Antropoceno se describe como una época
geológica que reemplaza al Holoceno, etapa que abarca los últimos 11.784 años, desde el
fin de la última glaciación, y que a su vez se inserta en la recta final del período actual, el
Cuaternario.

En ese contexto, se estima que el Antropoceno podría haber comenzado durante la
revolución industrial, donde las actividades humanas causaron un fuerte impacto no sólo
en el ámbito económico y social, sino también, sobre los ecosistemas terrestres. “Nos
tocó la suerte de que nuestra civilización se desarrolló en un período interglacial
particularmente largo. Pero en un mundo donde estamos aumentando los gases
invernaderos, lo que estamos haciendo realmente, es un experimento a escala planetaria,
que le está quitando el control climático a los controles naturales de las glaciaciones,
situación que podría hacer imposible la existencia de otra glaciación en un futuro.
cercano. Eso validaría que el Antropoceno se trataría de una nueva época geológica y no
de un período interglacial más. Asimismo, la pérdida de hielo en Groenlandia y la
Antártica, y el adelgazamiento de glaciares en todo el mundo, son fenómenos anómalos
que nos hacen pensar en la dificultad de llegar al balance que antes existía”, comenta
Claudio Latorre.

El Manifiesto explica que el cambio en las condiciones de la biósfera -sistema formado por
el conjunto de seres vivos- sería fruto del colonialismo, el capitalismo y la sociedad de
consumo, escenarios que habrían otorgado un carácter insostenible a la agricultura, la
industria y a nuestras ciudades. “El Antropoceno indica un proceso a la escala del tiempo
profundo en la historia de la Tierra, más allá de transformaciones ecosistémicas
puntuales. En último término, esta era indica la posible extinción de las condiciones
biosféricas que posibilitan la vida humana sobre la Tierra”, señala el documento.
Bajo ese panorama transversal, el Manifiesto explica que esta nueva época, ha generado
un intenso debate no sólo en las ciencias de la tierra, sino también en las ciencias sociales,
humanidades y artes, con el fin de repensar la relación entre naturaleza y sociedad, la co-habitación entre humanos y procesos biofísicos, y el tipo de conocimientos y saberes que
se requieren para entender y afrontar el cambio planetario.

Por todo ello es que la declaración también adhiere a la idea de crear una nueva
Constitución y realizar cambios que permitan ampliar los espacios de participación política
y ciudadana. “Si el Antropoceno nos obliga a pensar quiénes somos y cómo queremos vivir
en y con la Tierra, entonces también desafía la solidez de nuestro arreglo democrático. El
voto por sí solo ya no sirve para sostener los lazos que nos unen en un pacto social.
Tenemos que crear otros espacios –deliberativos, amplios e inclusivos—para hacer
florecer nuevos compromisos colectivos y nuevas definiciones de nuestra posición en y
responsabilidad con el planeta”, se detalla en el escrito.

Estos desafíos, también incluyen el incrementar los lazos de solidaridad, y redefinir el
concepto de bienes comunes, otorgando así, derechos a todas las especies. “Lo anterior
significa expandir la figura del derecho a todas las especies y en múltiples tiempos y
escalas espaciales. Ya no se trata sólo de reconocer que algunos animales no-humanos
tienen capacidades sintientes, identitarias y cognitivas, sino más profundamente de que
nuestra vida depende del enmallado que establecemos con entidades de todos los
reinos”, se establece.

Otro de los puntos que reconoce el Manifiesto, es el foco en la justicia socio-ambiental, un
elemento que también ha cobrado mayor fuerza en el debate político y científico, desde
que ocurriera el estallido social de octubre. Esto, ya que el Antropoceno no tendrá los
mismos efectos en todo el planeta, ni dentro del país: “Chile lo experimentará de manera
específica y tenemos que saber cómo, dónde y por quiénes será vivido, para diseñar
políticas públicas que sean de verdad efectivas y que se sostengan en el tiempo”.