enero 27, 2021
Integrantes del IEB participaron en Congreso Futuro 2021

-Ricardo Rozzi, Presidente del Instituto de Ecología y Biodiversidad, y académico de las Universidades de Magallanes y North Texas, y Cecilia Smith, investigadora de este centro y de la Universidad de Los Lagos, se unieron a este encuentro con la ciencia nacional e internacional.
– Ética biocultural y el rol de los polinizadores, fueron el foco sus charlas, realizadas el 18 de enero, día de inauguración.
Bajo el lema «Habitar la incertidumbre» se desarrolló durante enero, una nueva versión del Congreso Futuro, un espacio de encuentro, reflexión, discusión y cruce de miradas, que este año estuvo marcado por el complejo escenario mundial que vivimos producto de la pandemia.
En esta jornada -que reunió a numerosos invitados nacionales e internacionales, provenientes de las ciencias naturales, sociales y otras múltiples disciplinas-, estuvieron presentes dos integrantes del Instituto de Ecología y Biodiversidad, quienes participaron con charlas abiertas a público, el 18 de enero, día inaugural.
Ricardo Rozzi, Presidente del IEB, y académico de la Universidad de Magallanes y de la Universidad de North Texas, participó del panel internacional “Un salto al vacío”, durante el cual dio a conocer la propuesta sobre ética biocultural y el co-habitar, palabra que en su origen aludía a “compartir el pan” y que para él, hoy tiene un sentido análogo al de compañero y compañera, que además comparten su hábitat.

“Queremos proponer una ética biocultural que permita recuperar el vínculo vital entre los co-habitantes. Un reciente informe indicó que nos estamos comiendo a la biósfera, pero sin tener consciencia del ecocidio y de la actual extinción masiva”, comentó el biólogo y filósofo. En su charla también enfatizó en la necesidad de volver a reconectar la sociedad con la naturaleza, y valorar su interdependencia. “Nosotros compartimos el hábitat y respiramos el aire de las plantas. Proponemos una integración de la diversidad biocultural con un acercamiento entre la filosofía, la cultura y las ciencias, lo cual tiene implicaciones éticas sobre cómo estudiamos, concebimos y nos insertamos en la naturaleza”, explicó.
Par ello, indicó que una primera lógica a superar es la “cosificación” de las especies que formamos parte del planeta, y que implica que tanto seres humanos como otros animales deban ser estudiados en su interdependencia con otros seres a lo largo de su vida.
“Necesitamos resolver una relación de injusticia socioambiental que cosifica, explota y mercantiliza a los seres humanos y no humanos. Necesitamos restaurar el aprecio por los seres florecientes en una rica biodiversidad latinoamericana, y también el diálogo intercultural donde lo masculino y lo femenino se complementen”, detalló.
Para ello, asegura que también es necesario dejar atrás el individualismo y ocuparnos de los hábitos que garanticen el bienestar de la comunidad de todos los co-habitantes, con quienes compartimos un hábitat que requiere cuidado, y la integración de las sabidurías ancestrales, científicas y filosóficas.

Para reorientar el Antropoceno hacia la sustentabilidad, otro aspecto a considerar según Rozzi, son los contrastes y asimetrías biofísicas entre los hemisferios norte y sur, asociados a distintas brechas a nivel de consumo o incluso aspectos científicos y técnicos, como es el monitoreo del cambio global. “Todo esto, como si en el sur no hubiera filosofía, vida, sino solo recursos para ser conquistados”, enfatiza.
En ese contexto, desacató la relevancia de fortalecer los estudios sobre monitoreo del cambio climático y conservación biocultural en el Hemisferio Sur, y muy en particularmente, en la zona de Cabo de Hornos.
Polinizadores nativos y su magnífico rol
Ese mismo día lunes, durante la tarde, la investigadora del IEB y de la Universidad de Los Lagos, Cecilia Smith, realizó una charla virtual sobre un tema que lleva décadas explorando: los polinizadores nativos en Chile, los servicios que éstos nos presentan y el estado de conservación en que se encuentran.
“La percepción de la gente es que existe uno o dos polinizadores: la abeja mielífera y el abejorro europeo. Sin embargo, se estima que hay alrededor de 200 mil especies en todo el mundo. Y en el caso de Chile existen entre 4 mil y 6 mil especies diferentes de polinizadores nativos”, comentó la investigadora.
Al menos nueve especies de picaflores, otras dos especies de aves, más de 455 especies de abejas nativas, unas 3 mil de moscas florícolas, y un número indeterminado de coleópteros, son algunos datos nacionales que entregó la ecóloga durante su presentación y que dan cuenta de la enorme diversidad de polinizadores existentes, y en su vasta mayoría desconocidos por la comunidad.

Cecilia Smith destacó la relevancia de estos animales para los ecosistemas y su rol fundamental, al transportar el polen, y con ello el ADN de una planta a otra, y cuya acción los hace responsables de la reproducción de aproximadamente un 88% de las plantas a nivel mundial. El aporte de polinizadores nativos en el mundo también representa un gran aporte a la economía: “Este servicio ecológico alcanza a los 153 billones de euros, lo que equivale al 10% de toda la producción mundial agrícola”, detalló.
En el caso de Chile, la Dra. Smith señaló que el polinizador más interconectado de todos es el abejorro nativo, (Bombus dahlbomii), especie que pese a sus enormes beneficios, hace poco fue declarada en peligro de extinción y hoy está altamente amenazada por el abejorro europeo, introducido a Chile desde el año 2008 hasta hoy.

“El abejorro nativo es un polinizador que mantiene la biodiversidad de plantas nativas, lo que a su vez genera interacciones con otras especies, siendo pieza fundamental dentro de un ecosistema. Nuestro paradigma es que mientras más especies distintas de polinizadores existan, es mejor, porque además hay una diversidad de formas florales. Es necesario que esta diversidad tenga espacio y que no sea reemplazada por los polinizadores comerciales introducidos”, aseguró la científica.
¿Qué conocimientos y consideraciones existen sobre el rol y valor de los polinizadores nativos a nivel país? Muy poco, según estima la ecóloga, lo que se traduce en un complejo escenario ecológico, el cual, de no tomar medidas, continuará empeorando.
“El desconocimiento acerca del valor de nuestra biodiversidad en la entrega de servicios y el seguir los lineamientos de compraventa respecto a polinizadores europeos o que son criados en hacinamiento, hacen que la proliferación de patógenos en abejorros europeos y abejas melíferas, transmitan enfermedades a nuestras especies de polinizadores nativos. Pero en Chile los seguimos ingresando, a diferencia de países como Japón o Argentina”, argumentó Smith.

A estas amenazas que ponen en peligro la existencia de polinizadores nativos, también se suman la destrucción de sus hábitats, la falta de recursos y néctar por superabundancia de abejas melíferas y abejorros europeos, y el uso de pesticidas de la agroindustria.
Por todo ello, es que la investigadora enfatizó la necesidad de conocer esta realidad y la urgencia de contribuir a la valoración y cuidado de miles de especies nativas que polinizan y ayudan a mantener la biodiversidad y equilibrio de nuestros ecosistemas.