julio 7, 2022

El Antropoceno y su trascendencia en el Biobío

Libro relata el impacto de esta época y sus implicancias locales

 

Sequías, incendios forestales y tornados, son algunos de los eventos que hemos visto con más frecuencia en medios de comunicación y en nuestro entorno, pero ¿sabemos realmente por qué esos fenómenos están pasando cada vez más? El Antropoceno nos puede dar señales, sin embargo, poco se habla de esto en nuestro país. Este concepto corresponde al período geológico actual de la Tierra, que, según se debate, sería el sucesor del Holoceno, período que se inició al final de la última glaciación, hace aproximadamente 10.000 años.

A raíz de todo ello, y con el objetivo de entender este fenómeno en la Región del Biobío, investigadores del Centro Interactivo de Ciencias, Artes y Tecnologías -CICAT- y del Laboratorio de Estudios del Antropoceno -LEA- de la Universidad de Concepción, crearon el libro: «Poderosa y Estúpida Humanidad: El Avance del Antropoceno en el Biobío”.

La época que estamos viviendo se caracteriza por el impacto de las actividades humanas y nuestras sociedades industrializadas, el cual no tiene parangón en la historia de la humanidad ni del planeta. Bajo esta mirada, los seres humanos nos hemos transformado en el principal motor de cambio a nivel de la biósfera, la atmósfera y los océanos. Actualmente, existe consenso mundial sobre ello, sin embargo, su discusión formal todavía se encuentra en la Comisión Internacional de Estratigrafía con el objetivo de demostrar si existen suficientes evidencias sobre estos cambios en las últimas décadas, que justifiquen marcar el inicio de una nueva era geológica.

Con respecto a sus causas, existen varias hipótesis, de acuerdo al Dr. Cristóbal Pizarro, director del Laboratorio de Estudios del Antropoceno -LEA- de la Fac. de Cs. Forestales de la Universidad de Concepción e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad -IEB-. Cada hipótesis sobre cuándo comenzó el Antropoceno tiene un marcador geológico, desde la intensificación de la agricultura -hace unos 8.000 o 9.000 años atrás-, la revolución industrial, hasta la colonización Europea de las Américas. Sin embargo el que ha generado más debate y polémica es el marcador geológico de las pruebas y bombas nucleares en los años sesenta y que dio pie al tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares. “Esto deja una huella en las concentraciones de los elementos radiactivos que liberan las bombas nucleares, huella que será vista por millones de años en el futuro. Ese momento, coincide con el peak más acelerado de la acumulación de gases invernadero en la atmósfera, particularmente CO2, y los cambios globales más notorios han sucedido tras la Segunda Guerra Mundial”, destacó el Dr. Pizarro.

A su vez, la escalada de CO2 coincide con el proceso catalizador de la economía basada en combustibles fósiles que se corresponde con el comienzo de la gran aceleración postguerra. “Las economías del mundo se reactivaron y el funcionamiento del mercado global con el transporte de bienes y personas alcanzó una intensidad, extensión y magnitud nunca antes visto en la humanidad. Eso marcaría las consecuencias del Antropoceno que visualizamos hoy”, señaló el investigador.

 

¿Cómo podemos comprender este fenómeno de manera local?

Primero, sigamos contextualizando. Los combustibles fósiles como motor de la economía global es un fenómeno que se ha generado en el Antropoceno, y que ha sido responsable en gran parte del cambio climático inducido por el ser humano. Durante los años noventa y comienzos del 2000, se toma mayor conciencia a nivel global sobre la influencia del ser humano y se ejecutan reuniones y convenciones que dan pie a las Conferencia de las Partes (COP), cumbre anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) donde se reúnen 196 países más la Unión Europea para tomar medidas a nivel global. Sin embargo, a escala local, el esfuerzo no ha sido el mismo, y es más complejo aún, pues si algo caracteriza a esta época son los efectos disímiles de los mismos problemas en distintos lugares.

Ya en los años ´60 los movimientos ambientales alertaban sobre la contaminación y otros impactos antropogénicos, situación que el tiempo sólo agudizó. Pensemos, por ejemplo, en el caso de las zonas de sacrificio de Chile, como Puchuncaví en Valparaíso, o Coronel en Biobío y las consecuencias en la salud de las personas y los ecosistemas. Estos son problemas socioambientales que la política pública ha tardado décadas en abordar en base a la evidencia, y que el cambio climático y la sequía -en el centro y sur de Chile- sólo lo han agravado. A esto se suma la crisis de pérdida de biodiversidad, que en ambos lugares involucra al mar, los humedales y los bosques, producto de las actividades extractivas y de generación de energía.

“En algunos lugares el cambio climático afecta las precipitaciones, a veces aumentándolas, y otras contribuyendo a generar megasequías, como es el caso de Chile central. Es por eso que el siguiente paso de la investigación del Antropoceno tiene que ser sobre sus efectos locales, es decir, cómo se expresan estos cambios a escala local, eso es muy relevante. El desafío más grande es generar investigación y comunicación sobre el Antropoceno, pues los mismos factores pueden estar generando cambios en diferentes direcciones en distintas localidades del planeta, e involucrar en la discusión a la ciudadanía, integrando nuevas audiencias, como jóvenes y adolescentes”, destacó el Dr. Pizarro.

 

Divulgar el curso del Antropoceno en Biobío

El libro «Poderosa y Estúpida Humanidad: El Avance del Antropoceno en el Biobío” se enmarca en las actividades asociadas al Programa Explora Par Biobío, perteneciente a la división de Ciencia y Sociedad del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Conocimiento. Cabe señalar que los proyectos del Programa Explora Par Biobío, son adjudicados por la Universidad de Concepción, y en el Biobío los ejecuta el CICAT, Centro Interactivo de Ciencias, Artes y Tecnologías, ubicado en la ciudad de Coronel.

Empezamos a desarrollar esta temática para un público juvenil que sufre los efectos del cambio global y del Antropoceno, pero no tiene idea por qué ocurren”, señaló el Dr. Pizarro. A su vez, “tiene por objetivo promover la socialización del conocimiento a través de la articulación de actores e instituciones, del desarrollo de experiencias memorables y del trabajo con comunidades, contribuyendo a la apropiación social de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación”, afirmó Cristian Espinoza, coordinador del PAR Explora Biobío.

El proceso fue muy enriquecedor para nuestro equipo, desde la propuesta que presentamos al LEA, hasta la obtención del producto final. La clave fue el trabajo colaborativo, la comunicación fluida y la interacción entre todos/as quienes trabajamos en este libro”, destacó Nataly Viveros, coordinadora de formación del PAR Explora Biobío.

El primer interés para PAR Explora Biobío y CICAT es distribuir los ejemplares, y en una segunda instancia, “nos interesa crear nuevas actividades de divulgación que nos permitan ahondar en temáticas relativas al Antropoceno, inspiradas en este producto”, señaló Juan Carlos Gacitúa, director del PAR Explora Biobío. Para ello será vital conocer las formas en las que estos contenidos se adaptan al currículum escolar o bien cómo las y los docentes lo utilizan en sus clases. “Deseamos llegar a más personas y aportar al conocimiento en ciencia de una forma interactiva, entretenida y significativa”, señaló Cristian Espinoza.

A su vez, para PAR Explora Biobío, este libro presenta temáticas sociales y medioambientales de gran importancia y contingencia, y contribuyen a la valoración del entorno a nivel mundial y regional. “Este libro aborda problemáticas y fenómenos que dan cuenta del avance de esta nueva era, específicamente en la región del Biobío y propone, de una forma divertida, a los/as jóvenes de nuestra región sumarse al combate del Antropoceno en la región del Biobío”, destacó Nataly Viveros.

 

¿Cómo se abordan estos contenidos de forma atractiva?

En el libro se exploraron tres dimensiones conocidas del Antropoceno, primero la crisis climática y las alteraciones de los ciclos naturales (ciclos de agua, clima, régimen de incendios), alteraciones los cuales son cotidianas, sobre todo para jóvenes de las comunas de Florida que experimentan la escasez hídrica e incendios forestales, o en Alto Biobío, dónde las cuencas han sido muy afectadas. “Ante ello es importante que se socialicen cuáles son los factores causales detrás de esos eventos”, señaló el Dr. Pizarro.

La segunda corresponde a la pérdida de la biodiversidad, pues se percibe que los jóvenes no tienen acceso a esa información de sus territorios desde la educación formal, y la tercera corresponde a la homogeneización del patrimonio cultural, el cual repercute en la pérdida de identidad territorial.

Por último, es necesario destacar que para la gestión del contenido, el LEA coordinó a un grupo de investigadoras e investigadores interdisciplinarios en cada uno de los temas o fenómenos señalados. “Estos temas son relevantes pues tienen que ver con la sobrevivencia de los seres humanos y demás habitantes del planeta. Estamos hablándoles a los agentes de cambios más directos de hoy, que son los jóvenes, ya que hay una situación de abandono de estas temáticas, y es necesario formar a nuevos líderes que lleguen a la toma de decisiones y puedan realizar cambios significativos a nivel nacional”, señaló el Dr. Pizarro.

Para acceder al libro en formato digital, dirigirse al siguiente enlace https://antropocenobiobio.cl