enero 27, 2020
Academias de Biodiversidad Urbana promueven el mejoramiento ecológico en Santiago

-Durante enero, comunicadoras científicas del IEB desarrollaron en conjunto con la Municipalidad de Providencia, un curso para profesores y otro para vecinos, en los cuales se entregaron herramientas teóricas y prácticas para fortalecer nuestro vínculo con plantas, pájaros e insectos de la ciudad, y generar intervenciones benéficas en los entornos urbanos.
Observar nuestro entorno natural en la ciudad. Reconocer diferentes especies de pájaros, insectos y flora que habita junto a nosotros, es un paso importante para conectarnos e interactuar con el ecosistema al que también pertenecemos. Mirar más allá del cemento y desde ahí, indagar y generar acciones de intervención para potenciar la biodiversidad de nuestros territorios, es el desafío que durante enero, lideró un grupo de profesionales del IEB en conjunto al Departamento de Medio Ambiente de la Municipalidad de Providencia, mediante la realización de las Academias de Biodiversidad Urbana para vecinos y profesores.
Belén Gallardo, Silvia Lazzarino, Javiera Díaz y Nélida Pohl, creadoras del Programa Casas Anideras del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y la Municipalidad de Providencia, entregaron herramientas y conocimientos teóricos sobre paisajes, flora, fauna e interacciones ecológicas presentes en Santiago. Durante los días de las Academias tanto vecinos como profesores participaron de aprendizajes, experiencias y salidas a terreno.
Las actividades también permitieron que los asistentes pudieran diversificar las formas de mirar el entorno, registrar datos y comunicar sus conclusiones basadas en evidencia. Todo esto, fomentando además la generación de diálogo, reflexión, y metodologías para incluir estos aprendizajes en diferentes escenarios: el balcón, el patio, la plaza del barrio y la sala de clases.
¿Hotel para insectos?

Sí, un hotel para insectos, construido con una caja de madera y materiales orgánicos -como ramas- en diferentes grados de descomposición en su interior, fue una de las obras que se crearon colectivamente, durante el cierre de la Academia para profesores. Esto, con el fin de generar un lugar propicio para la llegada y refugio de diferentes especies, cuya presencia también puede ayudar a combatir algunas plagas en jardines y huertos.
Lo interesante de esta intervención, explica Belén Gallardo, es que se puede implementar en cualquier tipo de jardín o espacio y con eso, proteger también a la vegetación colindante. Por otro lado, su fácil elaboración permite que el hotel pueda ser replicado por docentes en diferentes contextos escolares -como los de alta vulnerabilidad-, apoyando así también, los procesos educativos, que incluyen la exploración y desarrollo del método científico.
“Con ejemplos que éste y otros, vimos que los asistentes quedaron muy entusiasmados en aplicar indagaciones sencillas para promover la biodiversidad en sus contextos escolares”, indicó la investigadora.
Comederos para pájaros, fabricados en una piña con semillas en sus recovecos o sobre un rollo de papel confort, fueron otro de los artefactos creados durante las Academias, y que pueden ayudar a las aves a gozar de un banquete.
La flora nativa también estuvo presente, a través de su reconocimiento en la ciudad y actividades de propagación. “Trabajamos con semillas de tara, espino, quebracho y alcaparra. También teníamos tabaco del diablo, ñipa y coralillo para los polinizadores”, comentó Silvia Lazzarinno, bióloga e ilustradora científica.
Paula Ramírez, profesora de historia de 28 años, quien trabaja en un liceo con certificación medioambiental, participó de esta actividad, destacando la experiencia como una herramienta crucial para potenciar la formación integral de sus estudiantes, tarea que también la ha llevado a involucrarse en nuevos aprendizajes vinculados al arte y la ciencia.
“Tomar metodologías de observación y cruzarlas con la que tenemos en ciencias sociales, me parece importante también. Tenemos bastantes áreas verdes en el liceo, así que me imagino llevando a las estudiantes a observar el entorno, aprender de ello y emplear la comprobación científica”, explicó.
Intervenciones para la biodiversidad
2020 es el segundo año en que se realizan las Academias de Biodiversidad Urbana, y el primero en que se desarrollan para vecinos. Durante cada jornada, en ambos grupos se buscó impulsar la educación ambiental a través del conocimiento y valoración de las diferentes especies que existen en la urbe, con la idea de diversificar nuestros barrios, entregando herramientas para que todos puedan implementar sus ideas de manera concreta en casas, departamentos y escuelas. “Para eso, mostramos cuáles son los servicios que nos provee la naturaleza y luego, buscamos formas de biodiversificar los espacios. Porque no se trata sólo de tener un jardín bonito, sino también, de aplicar estrategias de mejoramiento ecológico, que se enfocan en las interacciones entre las especies para generar biodiversidad, integrando también a las aves e insectos que habitan la ciudad”, aseguró Belén Gallardo.
En ese contexto, Silvia Lazzarinno también valoró la importancia de compartir contenidos basados en evidencia. “En general, hay muchas personas interesadas en temas como el reciclaje o el compostaje, por ejemplo, pero siempre es necesario tener un conocimiento mejor sobre la biodiversidad local y sus interacciones, para así obtener resultados más efectivos. Con estas herramientas, podemos decidir si plantamos una mezcla de cierto tipo de flora, para atraer a los polinizadores locales y darles un refugio acá en la ciudad”.

Por su parte, Javiera Díaz, resaltó la importancia de estas Academias, más allá de su valor en la entrega de herramientas teóricas y pedagógicas: “Estos espacios nos permiten pensar qué tipo de ciudadanos queremos ser, qué ciudades queremos construir y cómo vamos a dirigir su crecimiento que, sabemos, es exponencial. Tener una instancia como ésta, nos da la oportunidad de atrevernos a innovar y soñar, con altura de miras”.
En ese mismo escenario de diálogo, es que algunos alumnos también plantearon sus dudas y reflexiones, en diferentes aspectos. Es el caso de Catalina Torres, estudiante de quinto año de pedagogía. “El mundo académico y los espacios de la ciencia, aún siguen siendo patriarcales, y nosotras como educadoras, muchas veces hemos sido silenciadas. Al respecto, creo que también debemos hacernos cargo de levantar nuestra voz y reconocer los importantes avances que han sido desarrollados por nuestro género. Por eso mismo, es que la realización de iniciativas como éstas, lideradas por mujeres, son muy relevantes”, expresó.